Hay infinidad de riesgos que afectan a una vivienda tales como un incendio, robos, roturas de tuberías, roturas de espejos o cristales... Y son infinidad las compañías que nos cubren estos posibles "problemillas", cada una con sus precios y limitaciones correspondientes.
Normalmente, cuando contratamos un seguro de hogar nos limitamos a conocer los capitales que nos aseguran en el "continente" y en el "contenido", sin pararnos a leer los artículos de las condiciones generales de la póliza. Esto, es un grave error (según la Dirección General del Seguro, los seguros del hogar son los causantes de la tercera parte de las reclamaciones que reciben), ya que es en el condicionado general donde nos vamos a encontrar las limitaciones y exclusiones que tiene nuestro seguro.
Voy a daros unas pautas que debéis seguir a la hora de contratar un seguro para vuestro hogar:
- Además de comparar precios, debemos ver detenidamente las limitaciones, exclusiones y franquicias que tenga la aseguradora.
- A la hora de valorar nuestros bienes, tenemos que ser cautos. Por lo general tendemos a valorar los objetos que pensamos que son "golosos" y dejamos sin valorar otros objetos. Esto nos puede llevar a contratar un infraseguro o un sobreseguro.
- Es preciso saber diferenciar dos conceptos:
- Continente: son las partes fijas de la vivienda, aquello, que si pudiésemos poner boca abajo nuestro hogar, no se caería (paredes, techos, tuberías, ventanas...). El importe a asegurar, seria el valor de reconstrucción de la vivienda. El continente no suele presentar problemas, ya que las aseguradoras tienen tasas según los metros de la vivienda, población, etc.
- Contenido: siguiendo con ejemplo anterior, seria todo lo que cae al voltear la casa (muebles, ropa, joyas...). Aquí hay que hacer una minuciosa valoración de lo que tenemos dentro de casa.
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